septiembre 25, 2013

Atasco en Gibraltar.


Nadie ayer presenció este atasco en Gibraltar, que la prensa ahora atiende solo a las piedras de Picardo, el “Ministro Principal”, las colas de coches bajo el sol y la Guardia Civil buscando los cartones de tabaco, con lo que los desheredados se buscan el condumio diario.
Solo un fotógrafo, aficionado a la ornitología sin duda, con gran teleobjetivo, casi como un cañón, chaqueta de ecologista con muchos bolsillos, miraba al cielo.

Fue ayer uno de esos días de levante fresco y fuerte, que viste con boina gris de condensación “el peñón”, nublando todo hasta el aeropuerto.
Muchas águilas, las ultimas ya, camino de África, llegan al sur del sur y se encuentran con esta barrera meteorológica, que para ellas no hay tratado de Schengen y vuelan libres como mas les peta, si pueden.
Cruzar el estrecho, sin térmicas (no se producen sobre el mar), viento contrario, cansadas ya en su viaje desde el norte de Europa, muchas de ellas con apenas tres meses de vida y poca experiencia en el vuelo.....imposible travesía.
El resultado, cientos de águilas culebreras, perdiceras, calzadas o ratoneras, con alas de envés oscuro o blanco, las plumas remeras negras u ocres, grandes y medianas, volando a pocos metros de altura, desconcertadas y obligadas a detenerse.

Me pareció ver algunas que se echaban sobre la ladera de la roca, mezcladas con el teleférico y los monos, junto a las baterías de costa. Otras sobrevuelan La Linea de la Concepción, sobre las torres feas de apartamentos, pierden su elegancia y se convierten en pájaros, desasistidos y vulgares.
Algunas viran hacia el este, sobre las afueras de Campamento, de polígono industrial arruinado, grandes naves como cajas de cartón, mas adelante encuentran protección y reposo en el monte bajo, parte de el, ennegrecido por algún incendio reciente.
Las veo venir sobre la bahía, Algeciras al fondo con los petroleros del "bunkering" como hipopótamos en siesta, el instinto las hace virar comprendiendo que por hoy se acabó el viaje.
Mientras, abajo, cada uno con su afán, que ni se dan cuenta del atasco de rapaces que se formó, nos dijeron que éramos los reyes de la creación y no reparamos en los pequeños o grandes dramas que otras vidas de la naturaleza afronta cada día.
Hoy el viento fue menos violento, aunque sopló de levante también, no se yo si tan dotadas y elegantes aves, han sido capaces de cruzar este brazo de mar que les conduce a un invierno caliente y reposado, lejos de Europa y sus fronteras, de su crisis económica y su esquizofrenia.
África se ofrece mas allá generosa y primitiva, misteriosa todavía, aunque todas, volverán a criar aquí, allá por marzo o abril, cuando los hombres todavía se agolparán en sus colas de coches provocadas no por el viento, sino por nuestra naturaleza destructiva y regañona, que parece no tenemos remedio y nuestro destino es la rencilla permanente.

Los ojos agudos de las “planeadoras” nos miran con la misma indiferencia, ya sean Tarik o Nelson, Guzmán el Bueno, Fernando IV o Franco, Margallo y Picardo....salvando las distancias.
Pensaran las águilas........ellos también tienen sus temporales de levante que les atasca en Gibraltar. 

septiembre 05, 2013

Mi pluma.


Nadie, ni tampoco yo mismo lo creería hace solo unos años, lo pensaba esta mañana después de limpiar cuidadosamente mi pluma Waterman y rellenarla de tinta negra y fluida.
Mi pluma ha estado arrinconada mucho tiempo, cerca del tintero, sobre un mueble en una esquina del estudio.
El hábito de la escritura a mano va desapareciendo, quizá pronto los niños no sabrán escribir con sus manos, lo harán solamente  con sus dedos.
He recordado mi Parker 21 de la escuela de arquitectura, dibujar, tomar interminables apuntes, escribir cartas, algunas de amor, incluso algún amago de prosa poética, su punta ya domada con el tiempo se convertía en una prolongación de las ideas y las palabras, algo muy intimo y personal.

Se decía que no se prestaba “ni la pluma, ni la mujer ni el caballo”, por ese orden, frase creo que ahora castigada por el código penal, de esta sociedad uniforme  y escrupulosa.
Retrocediendo unos años he recordado los tinteros blancos incrustados en el pupitre de madera para dos, las plumillas y los palilleros afilados y los cuadernos de caligrafía de letras redondas con trazos finos y gruesos, en una suerte de dibujo como el que todavía cultivan los chinos.
Los chapones negros y redondos sobre la página inmaculada que se absorben con papel secante rosado y se raspan mas tarde con un cuchilla Gillette de afeitar, cuando afeitar era solo una palabra para nosotros, tantas cosas y mañas que ya casi nadie conoce.
La llegada de los bolis, arrinconó las plumas, pasando a simple regalo de primera comunión.
La letra se deformó ya sin sus bellos trazos y un día, los teclados!!!!!.
He estado haciendo recuento y solo escribo para rellenar impresos para la administración, nunca por placer, por sentir el movimiento de la mano engarzada a las ideas y a los sentimientos.
Ahora con las pantallas táctiles ni tan siquiera las teclas son reales y desaparecen y suenan de mentira, en un remedo de maquina de escribir.
En ocasiones hablo y mis palabras son escritas por el teléfono, con comas y acentos, que así viene el futuro inmediato.
Acaso fueron inútiles tantas horas de redondilla bajo la mirada amenazadora del cura? quien regala ya plumas a los niños?, con su estuche como de sarcófago en miniatura donde yace olvidada e inerte, la pluma estilográfica.

Lo cierto es que tras rasguear hoy con la pluma, un par de dibujos y algunas frases sueltas, mi Waterman ha quedado sobre la mesa, limpia y cargada para mañana, hay cosas que es mejor no abandonar nunca.