mayo 21, 2012

El alcalde hideputa.


La plaza mayor de Trujillo me ofrece un refugio, seguro y fresco, arrimado a sus casas del lado oeste, que ya arrojan una sombra espesa en la que sentarse y tomar Coca-cola con ensaladilla rusa.
En Cádiz hacia un día normal de primavera y aunque el viento batía fuerte por la “Ruta del Toro”, no pude suponer que al acercarme a Sevilla vería los 41º en el termómetro junto al cuentavueltas, me asalta la idea de abandonar tan exigente vehículo en Santa Justa y tomar el AVE hasta Madrid, pero no estoy enseñado a abandonar.
Me encamino por la sierra norte hacia la “Ruta de la Plata”, es vieja conocida de mi tiempo en Caceres cumpliendo el servicio, así que con gran esfuerzo y deshidratado por el aire abrasador, doy con mis huesos y mi moto en el paraíso que es la anárquica y familiar plaza.
Miro largo rato a Pizarro, en pie sobre los estribos y con su casco, como yo.
Su caballo también armado y al trote, es una poderosa imagen, hace tiempo me enteré de que existen tres estatuas iguales del escultor Rumsey.
Una de ellas en Lima, ciudad fundada por D.Francisco, tras derrotar al inca Atahualpa, desposando luego a su hermana Ines Huayalas Yupanqui.
Pues bien, los peruanos la enviaron a un almacén municipal hace unos años, por ese extraño odio que destilan algunos en Hispanoamérica, a quien les dio cultura idioma y religión, ademas de genes, pues los españoles somos de ayuntarnos, no como los anglosajones.
Pienso que nosotros veneramos a Cesar Augusto, como a los Escipiones, a Columela o a Seneca, sin estar revinados contra la civilización que impusieron a las tribus iberas, seria ridículo abominar de sus estatuas reivindicando a Viriato y Asdrúbal, que todos a la postre son hispanos y pasado ilustre de los que por aquí deambulamos.
Me distraigo de estas meditaciones, con una placa sobre la fachada del palacio Chaves-Cardenas, en la que reza que Felipe II tras orar en la iglesia de Santa Maria vino a este caserón, donde “posó”.
Que reyes tan píos y discretos los Austrias, frente a estos Borbones de ahora, tan disfrutones y poco de posar donde deben.
Repuestas las fuerzas y alimentado el espíritu, bajo por el Mirabete con el aire mas fresco ya, a lo lejos Gredos y el Almanzor todavía nevado, me hacen una vez mas sentirme en casa, haciendo que vuele hasta Oropesa.
Desde Talavera el paisaje se vuelve feo y corrompido, hay muchos coches y el viaje se vuelve vulgar y como de operación retorno.
Pienso en el estúpido Alcalde de Lima que retiró a Pizarro, su nombre Luis Castañeda, muy inca no suena.........es un alcalde torda e hideputa !!!!!! como le hubiera llamado Don Francisco Pizarro, mientras lo corriera con su caballo armado por la plaza de Lima en el Perú conquistado.

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