marzo 16, 2012

Vaya pareja.....



Estos dos muñecotes, vulgo “sarcófagos”, me impresionan, no conozco nada igual en el ramo de la escultura funeraria, son rotundos y simples, se parecen algo a las “mamuskas” rusas, que encierran figuras cada vez mas pequeñas, la fascinación de los niños antes de la “PlaySatation”.
Estos dos gaditanos, eran fenicios, de hace casi tres mil años, bajo la misma luz de ahora y navegando por el mismo litoral, los sepulcros no guardaron sino sus cuerpos ya esparcidos posiblemente entre la arena de La Caleta.
Debieron ser gente de posición, para pagar tan suntuosa mortaja, gente del comercio de sangre semita, procedente de Tiro o de Sidón, con parientes y sucursales en Malaka (Málaga) o en Tingis (Tanger).
Sus ascendientes inventaron la navegación y se dedicaron a engañar a los palurdos en las riberas del "mare nostrum", cambiándoles cuentas de cristal por aceite de oliva, atún, oro cobre y plata..... 
Siempre los miro sorprendido y escamado, junto a los restos romanos mas familiares y otras piezas de nuestro pasado, íberas o de la época árabe.
He vuelto aquí muchas veces por el camino de Chiclana, Vejer, Barbate Tarifa....hasta esta parte de Cádiz, ya mediterránea, viendo los paisajes claros de arena dorada, los mismos que vieron las retinas de estos dos personajes que ahora yacen en el museo provincial.
Como soy hombre de orden, supuse que eran matrimonio legal, gente establecida.....pero he aquí que me enteré luego que los dos sarcófagos son de épocas distintas, cien, o mas años de diferencia, encontrados en lugares dispares de lo que ahora es le casco antiguo de la ciudad, la técnica museistica y arqueológica los maridó, eso es todo.
El caso es que ahí están tan tiesos, en la “Plaza de Mina”, viendo pasar los años, como un anticipo de las mascaras de carnaval, que algo tienen también de chirigota esta hierática pareja.
Pienso en ellos que ya no pueden ver la playa de Bolonia ni sentir los temporales de levante en Trafalgar, ni tomarse unas tortillas de camarones o unas chirlas de Chipiona.
Como debieron disfrutar de esta costa entonces virgen, con este mismo sol poniéndose por Rota, las excursiones al Trocadero o al delta del Guadalete, en la barquilla de vela, la quietud de la vida patriarcal sin noticias, acaso cada muchos meses la llegada de una trirreme de Salamina o de Byblos.
Esta pareja que no era tal, me hace viajar al pasado de esta tierra entrañable en la que resulta fácil vivir por su abundancia y amabilidad.
No conocemos sus nombres, de un idioma que ya nadie habla, pero quiero pensar que eran gaditanos con el mismo deje y la misma desenvoltura y guasa de los de ahora, quedaron varados junto a la Alameda de Apodaca, en la “tacita de plata”.
En pocos días, iré al bicentenario de “La Pepa” y me acercaré una vez mas a verlos, ellos no eran constitucionalistas, que mas da, han visto tanto ya....

No hay comentarios:

Publicar un comentario