Es una situación en la que todos caemos antes o después, formalmente se dice guardar cola.
El motivo es diverso, ir al cine, al campo el sábado, a un museo o al banco.
Las colas en coche son paliadas por la radio, aunque los niños atrás con las horas, se alborotan y nos exacerban, la fila de la derecha va mas rápida y nos sentimos perdedores, cambiamos de fila arriesgadamente entre insultos y bocinazos, pero luego la de la izquierda avanza fluida, es mejor resignarse y entregarse al destino, ademas se esta sentado en una butaquilla que siempre ayuda.
A veces al ir al "Prado" me dejo deslizar por inercia al ultimo puesto, pensando que me iré, no merece la pena me digo, pero al instante tengo a veinte tras de mi, lo que hace mi posición valiosa, tan vacuos somos que el estar mejor que los últimos nos consuela, es como tener un pequeño capital de tiempo, tan avariciosa es nuestra condición.
Las colas tienen como objetivo el obtener algo anhelado en su final, aunque no siempre es así.
Las colas en la administración son las mas irritantes, no obtenemos nada, a veces una multa, son insoportables debido a los administrados, pues hacen preguntas pueriles y su falta de comprensión alarga la consulta, se producen sentimientos agresivos, es raro que no haya infartos en las colas.
A veces el funcionario atiende una llamada de teléfono, personal las mas de las veces, eso aumenta la ira ante las sonrisas y confidencias de la pájara de la ventanilla.
Hay colas para "masocas", por una entrada de fútbol o por "comprar el primer Ipad", son tan largas que se hacen con saco de dormir y viandas, aunque la pasión que une a los que esperan los hace amigos, tras las largas horas de la noche y el alba.
Menciono también las colas pías,en las que supongo se reza, la mas renombrada para ver al "Cristo de Medinaceli".
Menciono también las colas pías,en las que supongo se reza, la mas renombrada para ver al "Cristo de Medinaceli".
Hay una acción que merece ser destacada, la practican seres avezados e intrépidos, impulsivos y valientes, se denomina colarse.
Se producen gritos y empujones y mas tarde se suele pasar a las manos, a veces ay!!!!!!, a las navajas.
El tiempo haciendo cola es eterno, es un tiempo vacío aunque ahora con los teléfonos los pacientes, chatean con el WatsApp y ven las fotos de los niños o del amor platónico, con una sonrrisa boba.
La cola es consecuencia de la concentración en que vivimos, en China debe haber grandes colas, de chinos naturalmente, no confundir con las "coletas", peinado de los antiguos mandarines.
Incluso en estos pagos, de baja densidad de población, me tocó una cola esta mañana y he aquí que reflexioné sobre tan desagradable situación, no obstante y a pesar de filosofar, consultar el mail y ver la meteorología, tuve sentimientos agresivos hacia un torda que ponía un giro postal eterno, en dólares, una vecina gorda que hablaba a la de Correos de su cuñada recién operada y otros varios que no menciono por su banalidad.
En los mercados las colas son cortas ademas de distraídas, me gustan las de la pescadería, ante los ojos de los peces inertes, mientras las langostas mueven las patas y las chirlas abren la concha levemente, como temerosas.
La peor cola es la del paro, es larga y sin esperanza, seres silenciosos de mirada lánguida uno tras otro esperando la nada, en esta España que descarriló.
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