febrero 25, 2012

El embargo de los pupitres.


A mi nuevo lector, Angel, Arcángel mejor dicho, con todo cariño.

Pues la verdad es que por aquí no se nota mucho el barranco económico en el que nos vamos despeñando, a no ser por la inusitada paz y el gran silencio que produce la inactividad. 
Solo se escucha el canto de los pajarillos que preparan ya sus aparejos para la primavera, presentida en el aire, construyen sus nidos sin hipoteca, que así son estas criaturas de Dios, de vivir con lo que se tercia.
Nadie da golpe a no ser los que se escuchan en los campos de golf, donde los British con sus muy mermadas pensiones, pasean al sol para después charlar ante una pinta de cerveza, sobre la “batalla de Inglaterra”, son un pueblo belicoso, lo acaban de repetir en las Malvinas.
Es quizá por este ambiente tranquilo, que las noticias irrumpen con mas contundencia, como si vinieran de un mundo irreal y lejano que adivino se desmorona, allá en las ciudades.
 La última, acerca del embargo en el “Colegio Santa Illa”, me produce pena y desconcierto, ademas de indignación y muchos otros sentimientos.

Un impago a la Seguridad Social dicen, es la causa, aunque tampoco pagan los ayuntamientos ni las diputaciones ni........y nadie les quita sus mesas ni sus astrosos ordenadores, porca miseria.
La escena de los empleados empujando a los niños para llevarse los pupitres, la pizarra el pianito y el mapa de la autonomía, es de cine neorrealista italiano, ni en “El ladrón de bicicletas” vi yo imágenes tan sórdidas.
No se si también se llevaron, los libros de “educación para la ciudadanía”, e incluso los bocadillos preparados al amanecer por sus amorosas madres, o padres que yo soy de la igualdad.
Los infantes según la noticia, rompieron a llorar, ante el pavor del despojo, desconociendo que posiblemente pronto les llegará a sus progenitores, el embargo del coche y la “dación como pago” de la casa familiar, gracias esto ultimo al ministro De Guindos.
Yo nací en una España pobretona y sin confort, de pasamontañas y bocadillo de mortadela, pero los pupitres y los lápices estaban pagados, también las “botas de El Gorila”, e incluso teníamos unas perrillas para jugar en el barquillero tras la jornada escolar.
Esta generación de niños del nuevo siglo, llevará marcado a fuego el recuerdo de la pérdida y la incertidumbre, espero que serán prudentes y ahorradores y los que se encaramen a la función publica, aborrecerán del déficit, será para ellos como el Lucifer que entristeció su infancia con esta cuesta abajo hacia la penuria.
SI Machado levantara la cabeza y .....la pluma, reescribiria su memorable y desesperanzada estrofa.


Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.


La Seguridad Social o la Agencia Tributaria, una de las dos.

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