enero 23, 2013

El destino.


Mi abuelo Jose Maria era un hombre de orden, así se decía en su época.
Trabajo durante años en el Banco de España, sagrada institución entonces, donde se controlaban los dineros, junto a La Cibeles, nombre castizo para la Diosa de la madre tierra, la Pachamama de los griegos que en eso todos coincidimos, la tierra es una madre.
Fue de costumbres metódicas y rutinas sagradas, una de ellas su vaso de tinto en las comidas, rebajado con un exacto golpe de agua, que le daba un tono carmesí que tengo grabado desde entonces.
Al leer la prensa de forma distraída, se concentraba en el pequeño recuadro de la predicción meteorológica, mapa minúsculo con sus isobaras ondulantes, lo único que no era previsible en su vida y de la que tomaba buena nota para neutralizar ese azar.
En el larguero del balcón, Serrano 43, el termómetro cromado con su fluido rojo de alcohol, al que mira cada cierto intervalo, testigo de los extremos a que acostumbra Madrid.
Siempre bien vestido para cada ocasión, funerales, bodas, de diario y.....para estar en casa, aseado y bien afeitado en cada instante, el sombrero de ala en la calle, cubre su calva que le sobrevino siendo joven.
No muy paciente con sus nietos, que en numero de cuarenta y ocho, fuimos irrumpiendo en la quietud de su largo pasillo, con ruidosas carreras y golpes, a veces con algún descalabro contra un radiador, la sangre de mis primos sobre la encerada tarima.
Proveedor de premios y castigos, cachetes leves en el trasero, encierros de aislamiento en cuarto oscuro y el bote de lata de las "Galletas Maria" para los de conducta ejemplar, algunos primos las engullen como recién salidos de la cartilla de racionamiento, otros las roen cuidadosamente por los bordes haciéndolas mas pequeñas, con lentitud.
La figura del abuelo dicen los entendidos es de importancia para el niño, huérfano de conocimientos y necesitado de todas las ayudas.
Un recuerdo grabado a fuego en mi memoria, el ya muy mayor y el nieto que esto relata, arquitecto a sueldo de la administración en una de sus tantas covachuelas, no muchas entonces.

La pregunta....."Que tal en tu DESTINO"???, frase habitual por cuanto los trabajos eran estables ....... resultó pues la frase de mi abuelo me hizo ver que estar en aquella oficina siniestra, era mi destino, por siempre jamas, ante lo que después de rumiarlo unos meses, me despedí de las ubres de lo publico, iniciando una vida de sobresaltos e imprevistos que me trajeron hasta aquí, cosa que mi abuelo y su metódica vida nunca habría aprobado.
En la medida que avanza el tiempo, su recuerdo se va diluyendo y las generaciones nuevas solo conocen de el por relatos y alguna fotografía en blanco y negro, aunque en las vidas de sus hijos y nietos dejo huella y cariño, ademas a mi, sin saberlo, me impulso a la aventura de la calle, cosa que le agradeceré siempre.

enero 16, 2013

Cuesta de Enero.


La expresión es feliz y supongo que bastante antigua, debió nacer con los primeros trabajos estables con sueldo fijo, allá por los cincuenta.
Antes no pudo existir por la falta de consumo, la Navidad era solo una cena con lentejas y algo de carne de segundo, de pollo o de conejo, para postre unos dulces de obrador de barrio y eso si, vino en abundancia, aunque de frasca.
Es con el desarrollo que aumentan los asalariados con paga extra de Navidad, funesto recuerdo del régimen anterior, para un pueblo que se volvió laico, deberían cambiarle el nombre por “paga ciudadana del solsticio de invierno”, con lo que los trabajadores musulmanes no se mosquearían como ahora ocurre.
Volvamos al pasado, pues los escaparates se han vuelto tentadores y están los niños y sus reyes, la cena copiosa de Nochebuena y la comida al día siguiente, la lotería, los aguinaldos y......el resultado es que se gasta lo que no se tiene y claro, en enero se acumula el trabajo y hay que hacer economía en todo.
Este diciembre se hablo mucho del "Fiscal Cliff" que es mas desgarrado, la cuesta implica el esfuerzo que se superará para llegar a febrero y luego a marzo, la vida continua.
Somos pueblo sufrido y animoso, nunca emplearíamos como los americanos el "precipicio de enero" que es concepto preñado de acabamiento y desastre.
Lo malo es que en estos tiempos la cuesta se ha extendido prácticamente "ad infinitum" pues no se vislumbra el final de esta pirueta que comenzó en 2.007, cinco años ya de pendiente que se vuelve mas y mas empinada.
En las cuestas de enero tradicionales, nadie protestaba y casi se veía con simpatía, una tradición, ahora en esta subida sudorosa todos están irritados, muchos desesperados e insultan y patalean y piden venganza, no se sabe contra quien, los políticos, los banqueros, ellos mismos, aunque el hombre es reacio a aceptar las consecuencias de sus actos.
Solo algunos pocos plutócratas que van quedando, pasan este mes tan ricamente, sin despeinarse, como no sea por los vientos del Caribe, que aquí hace frío ahora y la calle esta repleta de mal humor y rostros desagradables.
Ojalá pronto tengamos aquellas cuestas de enero antiguas, alegres y compartidas, seguros de que en febrero la vida volverá a ser amable y predecible, que así sea.

enero 04, 2013

La patria del hombre.


No quisiera yo dejar pasar esta noche sin escribir sobre los Reyes Magos, esos que fueron nuestra primera ilusión de coche de hojalata o muñeca de cartón duro, los Monarcas que nos mantenían las Navidades en un anhelo permanente, con la recurrente amenaza de que nos traerían carbon de no ser buenos.
En familias de muchos hermanos, el salón lleno de cosas de colores en torno a los zapatos del pie derecho bien limpios y ordenados.
Que ingenuidad al contemplar una bandeja pequeña donde había harina para los camellos y unas pequeñas copas donde un culillo de licor demostraba que habían bebido algo para seguir su reparto interminable por todas las casas de Madrid.
En nuestro tiempo ahora de falta de fe en todo, me hace gracia pensar que hasta los mas sesudos ahora, picaban con el engaño inocente de unos padres, con mas ilusión si cabe que los hijos chanceados.
Los magos siguiendo la estrella que los llevo hasta Belen, desde oriente, que ahora ya sabemos donde es el oriente y hasta la palabra se quedo preñada de misterio para siempre.
Todo tan extraordinario que hasta camellos montaban, ademas  uno de ellos es negro para si cabe añadir mayor rareza, entonces claro, pues ahora se ven muchos del “top manta” y ya no llama la atención de los niños. 
De largas barbas blancas Melchor, calle de Alcalá abajo camino de la puerta, frente a la negrura del retiro en el frío de los eneros de mi infancia.
Las cabalgatas de ahora llenas de luces y anuncios no me gustan nada, van incluso payasos que no se yo que pintan, hay megafonía y los empleados municipales, ahora de expresión torva y sin paga extra, se visten de cualquier cosa.
Que decir de Papa Noel el invasor, con ese mono rojo tan feo y esa risa estúpida, con un trineo tirado por renos que vuelan, eso es increíble para un niño hispano.
Me gustaba el miedo de los niños a andar levantados tarde, no sea que se los encontraran por el pasillo.
Las miradas codiciosas frente al escaparate de “El Paraíso de los Niños” o de “Pabu” , los juguetes se vendían en la calle de Serrano antes de ser desplazadas las jugueterías, por las tiendas caras de ahora.
Recuerdos de tantas noches de Reyes ya vividas, incluso de una en la que me toco “servicio de compañía” en el cuartel de Caceres, en la que perdí definitivamente mi inocencia.
No se yo si los niños de ahora, con tanto ajetreo diario, creerán en algo tan inverosímil, con tanto niño capullo que en el colegio revela el gran secreto, "los reyes son los padres"..............con la complacencia de quien rompe un cristal de una pedrada.
En todo caso incluso ahora, esta noche del cinco de enero, aparece para mi siempre llena de añoranza por una infancia ya lejana y supongo que muy feliz.
Pienso, como dijo Rilke, que la verdadera patria del hombre es su infancia, por lo que todos debemos ser ahora apátridas.

Acabo como, como siempre se decía en esta noche, 
deseando a todos..........................................
FELICES REYES.