julio 09, 2015

Cosas de los griegos.

No conozco yo mucho de Grecia, aunque leí alguna vez La Odisea, también conozco de la guerra de Troya, se de Fídias y Praxiteles, cuyas estatuas dibujaba yo a punta de carboncillo en el “aula del museo”.

De la Grecia moderna solo recuerdo a Onassis que tenia un barco y una isla, era hombre que ligaba con facilidad, que así cualquiera.
Nunca fui de turismo, aunque alguna vez he soñado yo pasar unos meses impulsado por los vientos de nombres antiguos, en una goleta de blancas velas, recorriendo esas islas cuyos nombres todos conocemos por los folletos de anuncios de viajes a granel, que nunca haremos.
Aunque hemos tenido una reina griega, no ha habido en estos años novedades de por allí, parece que los coroneles echaron a esta familia de reyes, así que permanece el antiguo país lejano y brumoso, sin noticias, allá por oriente.
El caso es que recuerdo aquella película ya antigua de "Zorba el griego" y bailaban en corro agarrados de los hombros, delante de una taberna en un muelle, frente a un mar calmo, azul turquesa.
Tienen la costumbre de romper los platos contra el suelo, aunque ese creo que es el derroche mas nimio que practican en la actualidad.
He aquí que desde hace meses, parece que todos viviéramos en Atenas, esto es un sinvivir, es una tabarra diaria, el consuelo es que ya no se habla de Cataluña, como si no estuviera de moda que lo ultimo, es Varufakis y los dineros que desaparecieron, lejos, hacia el Peloponeso.
Por lo que yo pillo de aquí y allá, parece que esta gente debe un perraje, claro está que se lo han gastado y como son pobres, no lo pueden devolver.
Lo poco que devuelven, les hace mas pobres, con lo que los prestamistas se exasperan y les piden mas ahorro, pero es difícil salir de pobre, incluso sin gastar.
No se les ocurre, hace unos meses, mas que poner a unos a gobernar que gritan e insultan a los que les dejan las perras, lo cual es humano pero no muy razonable.
En la ultima semana ya no hay un duro, solo algunos billetes que escupen los cajeros automáticos, posiblemente comprados también a crédito.
Mientras veo yo que los griegos siguen sentados en las terrazas, son gentes de rostro noble, mediterráneos, de charleta y vaso de vino.
Como se jubilan jóvenes, pasan media vida en este dulce ocio que el buen clima y la baratura de los bares provocan.
En estas, después de mucho ir y venir a Bruselas, les preguntan a los descendientes de Pericles que prefieren, si apretarse el cinturón y ponerse a trabajar, o seguir en los bares pagando las tapas, con los prestamos de los esforzados y estúpidos alemanes, polacos, lituanos....
Sus vinos con aceitunas les ayudan a meditar sobre las cuestiones filosóficas, que aquella es la patria de Platón y Sócrates, la verdad es que es la suya, vida mas interesante que apretar tuercas en una cadena de montaje hasta los setenta años.

De manera que esta noche, en esa plaza que sale todos los días en la tele, se agolpan muchos al fresco de la noche y cantan y bailan, ese mismo baile que hacia Anthony Quinn haciendo de pescador de las islas del Egeo.
A mi me importa un rábano todo esto, pues ni pincho ni corto y nadie me pregunta sobre mi parecer, así que me voy a dormir tranquilo.
Por unos instantes pienso en que casi todos estamos endeudados, unos mas que otros, los americanos de forma pavorosa. Solo se salvan los chinos que venden barato en sus bazares y ahorran a diario.
Si en el juego se hacen trampas, siempre hay alguien que se enfada y da un puñetazo en la mesa, a veces se llega a las manos.
En el mundo, como en el colegio, hay tramposos y también sablistas, con lo que los griegos han sableado a Europa y nadie sabe que hacer ahora.
Se apela a la democracia mas antigua y a la cuna de la civilización, como si aquellos hombres tuvieran algo que ver con estos, a excepción de vivir en el mismo sitio.
Total que éramos pocos y parió la abuela, sobre la alerta roja por el bochorno, la anaranjada por el terrorismo yihadista, la amarilla por la difteria infantil, esto es un sinvivir, que se suma a lo de los griegos que no pagan ni en broma.

Mientras ellos, mas listos, bailan el sirtaki en la plaza esa y charlan en los bares después de romper los platos, además este verano, navegarán por las islas del Egeo en esos antiguos barcos de velas blancas suavemente hinchadas.

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