enero 27, 2014

Atapuerca.

Me gusta mucho a mi Atapuerca, incluso el nombre, cerca de los Montes de Oca, antiguo limite de la Castilla de Fernán Gonzalez.

Entonces era Castilla un pequeño rincón,
Era de castellanos Montes de Oca mojón
E de la otra parte Fitero el fondón,
Moros tenían a Carazo en aquella sazón.





Recorrer por primera vez el Camino de Santiago, empezando los setentas, con un buen amigo, Ricardo, vasco de Bilbao, como muchos de los primeros pobladores de Castilla e inventores de su idioma.
Las tierras de "pan llevar" entre Belorado y Olmillos de Sasamón, gran mapa el de Burgos, cuna del Condado de Castilla, corazón de España.

Recuerdos lejanos en que en el camino hacia el norte, se alegra la vista al bajar Somosierra y ver el páramo y las sierras lejanas, solemnes, hasta llegar a los valles alaveses en que se nota ya otra geografía, bellísima, pero sin la austeridad y la épica de la recorrida hasta Miranda de Ebro.

Muchos ancestros en la zona, en Riaza algunos, también en Treviana por la rama riojana, cerca de Pancorbo, ruta de los moros para “raziar” los valles de cristianos, ganado y esclavos, que eso de las tres culturas en Toledo es un camelo de ahora, hasta que la frontera se movió al Duero fue esta, tierra de matanzas primaverales, con los moros subiendo desde Cordoba.

Tierra igualitaria y de hombres independientes, donde la posesión de un caballo de guerra te convierte en caballero, también lugar de las andanzas del Cid, el de Vivar.



Me gusta pensar en esos cazadores de hace casi un millón de años, con su idioma rudimentario, elemental, acechando las presas por la sierra de la Demanda, pescando cangrejos en el Ubierna, sesteando en las tardes de verano por donde luego San Millan se convirtió en Eremita.

No existen en Europa restos paleontológicos como los de Atapuerca, los españoles antiguos, que debieron ser como nosotros, formados por el mismo paisaje y la misma luz, los atardeceres y las noches, las comidas y los olores, entonces tan parecidos a los de ahora.


Seguro que hablaban a gritos y discutían constantemente, sobre como arreglar la cueva, sobre ir al norte o al sur, broncas con los del valle vecino, mas si hablan un poquito diferente…….cuanto de esas miles de generaciones se han acumulado en nuestros genes, sin saberlo nosotros.
Deberíamos sentirnos felices de ser de por aquí, tan antiguos y con tantas raíces, de cerca de Atapuerca, en una de las españas, que se decía al principio.

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