marzo 04, 2014

El botón.

Una cosa esta bien de este tiempo de caída libre, nos volvemos a fijar en las cosas humildes, en las que no reparábamos mientras soplábamos la burbuja inmobiliaria, financiera e institucional, que hasta la monarquía se hinchó, al menos de dinerillo y desconsideración.
Esta mañana se me cayó un botón de los pantalones, lo recogí cuidadosamente y esta ahí expuesto, esperando a que un alma caritativa lo pegue otra vez.
El verbo “pegar” se aplica a los botones, aunque también se decía coser, ya no se cose mucho, zurcir ya ni existe en el diccionario de los íberos.

El botón es invento antiguo, aunque no era redondo al principio, era un huesecillo alargado al que llamaban “fíbula” y que se entrelazaba en un agujero del manto para cerrarlo.
Parecido a esto eran los botones de las trencas de mi infancia, alargados y anudados a un lazo de cuero.
El botón redondo con sus agujeritos para coserlo, es gran invento, además el inventor creó también el ojal, supongo yo, seria estúpido inventar solo el ojal o solo el botón, así que convengamos, en que es un invento doble.
Estando yo de "servicio", alguna vez pegue yo un botón en el uniforme, bajo la amenaza del arresto por falta de policía.
Desde niños vimos como es la operación, una hebra larga que se enhebra en la aguja, un nudito al final del hilo y se ensarta el botón, luego puntadas sucesivas cruzando por los cuatro agujeritos, finalmente unas vueltas en la base y un par de puntadas en la tela y un mordisco para cortar el sobrante.
Parece que ahora las maquinas de las fabricas, no hacen esto ultimo, motivo por el que los botones modernos se caen al poco de estrenar la ropa.

Los botones son de muchos colores y tamaños, algunos de pedrería o con cualquier fantasía, por lo que es una faena perder uno pues queda la prenda huérfana y no es fácil encontrar uno similar.
La ropa hace años viene con algún botón cosido por ahí para prevenir estas pérdidas, en los bolsillos de los abrigos nuevos hay una bolsita de plástico con uno o dos botones para evitar estas desgracias.
Hay un hecho tonto, que consiste en abrocharse una rebeca entera y darse cuenta al final de que esta desparejada, hay que deshacer la operación y comenzar de nuevo con cuidado de empatar bien el de mas abajo.
No se yo si el botón desaparecerá algún día, pero veo mas y mas cremalleras y bastantes velcros, quien sabe lo que la tecnología nos depara, cierres magnéticos o tejidos que se fusionen? 
Los botones son modestos, aunque merecieron una película “La guerra de los botones”, en que los niños vencedores de las peleas de pandillas, cortaban los botones de bragueta y cintura de los vencidos, con lo que se iban a casa en posición no muy airosa , con ambas manos ocupadas sujetandose los pantalones.

Así que volvimos a los pequeños detalles, todo tiene su alma y su historia, su  misterio y su explicación, esto supongo yo,  le ocurrió a Descartes, Schopenhauer o Nietzsche, empezaron a reflexionar sobre los botones ....ya dijo Don Quijote saliendo de Barcelona, muy filosofo estas Sancho.

2 comentarios:

  1. En el mal gesto de intentar apretar el botón del ascensor sin soltar la maletas perdí un botón. Fue culpa del botones que no me ayudó.
    Salud.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estuve dos veces en El Almanzor, cuando Gredos era una sierra muy solitaria, subiendo desde el circo.....bonito sitio, no perdí ningún botón.
      Saludos y enhora buena por tu blog.

      Eliminar