Ahora hay premios para todo, la mitad de la humanidad da premios a la otra, al año siguiente se alternan y los premiados son los que dan los premios.
De niño, en el colegio, cada quince días, venia el director a dar las notas, los alumnos se iban levantando con arreglo a el puesto obtenido, el primero era siempre Aparicio, el empollón.
En una clase de casi sesenta niños, la semana que sacabas el cincuenta y dos era angustiosa, niño tras niño y tu sentado, hundido bajo el pupitre, por fin tu nombre y recoges el boletín de tapas verdosas, azorado ante las miradas de los otros.
Venia lo de los premios a cuenta de que a los mas aplicados les daba el cura unas bolitas de anís, blancas como perlas mates, a mi no me gustaba el anís.
Lo peor del boletín es que había que llevarlo el lunes firmado por los padres, muchos niños falsificaban la firma, en un adelanto de su vida de financieros o caballeros de industria.
Mi táctica era entrar a las ocho de la mañana al dormitorio paterno a reclamar la firma, mi madre indulgente, hacia un garabato en la penumbra sin saber de la torpeza de su hijo, aunque recuerdo siempre mis sobresalientes en educación física, niño atlético.
Hecho este circunloquio de mis primeras nociones de lo que es un premio, veo perplejo que todos los días en las noticias hay un premio de algo.
Muchos son del cine, otros literarios, de cocina, a periodistas, a músicos y de televisión.
La lista seria interminable, los mas famosos los Nobel.
En estos últimos no dan una bolita sino un perraje.....el de literatura siempre a un escritor aburrido que escribió un tomaco ilegible, suelen ser marginales y algo de izquierdas.
Los premios Príncipe de Asturias también nos cuestan un pico, que bien se los podían dar a cualquier españolito por la paciencia de vivir aquí, en este valle de lágrimas.
Los premios suelen ser, un cacharro raro que simboliza sabe dios que, las casas están llenas de esos adefesios con un pedestal, supongo que se acaban tirando al vertedero.
Los Oscar están bien, el muñequito tiene su tradición y se los dan a los muy famosos, aunque también los hay de plástico y se venden en los bazares, que yo los he visto
En el deporte dan medallas, grandotas y con una cinta, aunque en el fútbol dan una bota de oro, pienso que no será sino dorada, que el oro esta muy caro.
Luego se critica que la sociedad es competitiva, cuando los premios están en todas partes, menos para los medianos y los últimos de la clase, que se quedan sin bolita y rencorosos contra Aparicio, que mueve su anisete entre los carrillos con sonrisa de superioridad, subido al estrado cerca del director.
De niño, en el colegio, cada quince días, venia el director a dar las notas, los alumnos se iban levantando con arreglo a el puesto obtenido, el primero era siempre Aparicio, el empollón.
En una clase de casi sesenta niños, la semana que sacabas el cincuenta y dos era angustiosa, niño tras niño y tu sentado, hundido bajo el pupitre, por fin tu nombre y recoges el boletín de tapas verdosas, azorado ante las miradas de los otros.
Venia lo de los premios a cuenta de que a los mas aplicados les daba el cura unas bolitas de anís, blancas como perlas mates, a mi no me gustaba el anís.
Lo peor del boletín es que había que llevarlo el lunes firmado por los padres, muchos niños falsificaban la firma, en un adelanto de su vida de financieros o caballeros de industria.
Mi táctica era entrar a las ocho de la mañana al dormitorio paterno a reclamar la firma, mi madre indulgente, hacia un garabato en la penumbra sin saber de la torpeza de su hijo, aunque recuerdo siempre mis sobresalientes en educación física, niño atlético.
Hecho este circunloquio de mis primeras nociones de lo que es un premio, veo perplejo que todos los días en las noticias hay un premio de algo.
Muchos son del cine, otros literarios, de cocina, a periodistas, a músicos y de televisión.
La lista seria interminable, los mas famosos los Nobel.
En estos últimos no dan una bolita sino un perraje.....el de literatura siempre a un escritor aburrido que escribió un tomaco ilegible, suelen ser marginales y algo de izquierdas.
Los premios Príncipe de Asturias también nos cuestan un pico, que bien se los podían dar a cualquier españolito por la paciencia de vivir aquí, en este valle de lágrimas.
Los premios suelen ser, un cacharro raro que simboliza sabe dios que, las casas están llenas de esos adefesios con un pedestal, supongo que se acaban tirando al vertedero.
Los Oscar están bien, el muñequito tiene su tradición y se los dan a los muy famosos, aunque también los hay de plástico y se venden en los bazares, que yo los he visto
En el deporte dan medallas, grandotas y con una cinta, aunque en el fútbol dan una bota de oro, pienso que no será sino dorada, que el oro esta muy caro.
Luego se critica que la sociedad es competitiva, cuando los premios están en todas partes, menos para los medianos y los últimos de la clase, que se quedan sin bolita y rencorosos contra Aparicio, que mueve su anisete entre los carrillos con sonrisa de superioridad, subido al estrado cerca del director.
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