La semana ha sido dramática, estaban ya el lunes en Gaza, venga de tirar cohetes y los otros, con sus modernos aviones, venga de lanzar misiles a las casas de los de “Hamas”.
Las noticias dan las cifra de víctimas, cada noticiario sube en unas decenas y se convierte en una rutina, como cuando la arena del reloj cae sobre la ampolleta de abajo, así los vivos van cayendo al montón de abajo, detenidos e inertes para siempre.
Es la historia de David contra Goliat, pero solo en la Biblia pierde el grande, que “Dios ayuda a los malos cuando son mas que los buenos”, aunque aquí creo que todos son malos.
Ocurre esto cada dos o tres años, siempre pierden los palestinos y su mísera franja queda si cabe, mas destartalada y llena de huérfanos, de padres sin hijos y abuelos sin nietos, que pareciera esto una maldición eterna sobre esa tierra llena de dolor durante milenios.
En esto, a mediados de semana, el avión con gente anónima que pasa por otra tierra bajo la sombra de Caín, esta vez Ucrania, la llamaban el granero de Rusia.
Allí también disparan a todo lo que se mueve, en este caso los pasajeros están inmóviles, el cinturón abrochado, muchos con auriculares, otros durmiendo........mas inocentes sacrificados a la locura de las disputas humanas.
Se inculpan unos a otros, que ni en el luto dejan de pelearse y de afilar las navajas para la siguiente puñalada, que pronto se asestarán seguro, de nuevo en las carnes de mas inocentes.
Ya de sábado, los hebreos entran andando sobre sus maquinas de acero, buscando los cohetes y a quienes los disparan.
Muchos niños delgados, de ojos negros, inteligentes, juegan en las calles e incluso sonríen ante las cámaras de los reporteros, de chaleco blindado y casco, los niños indiferentes a las explosiones, tratan de crecer y llegar a adultos, quizá para lanzar mas cohetes contra el odiado Sion, en una especie de feria a la que están habituados, aunque los fuegos hay!!!!! no son artificiales, son reales.
Hace tiempo que tengo la idea de que en julio las guerras se recrudecen, el calor y las noches tibias, hacen que los peores instintos deambulen por las ciudades y los campos.
Aquí en España, también tenemos tradición de revoluciones y cuartelazos, hierve la sangre y las pasiones se desatan, que echarse al monte en enero no es plato de gusto.
Pareciera que el invierno es tiempo para rumiar las rencillas, alimentar el odio, limpiar los cohetes estudiando el folleto explicativo, encienda la mecha, apunte, quite el seguro y............ya llegara julio, las tardes calurosas y las noches estrelladas, tiempo para matarse y calmar la sed de venganza que unos y otros vamos sembrando en nuestro prójimo, despacio, a veces sin darnos cuenta, con nuestra intransigencia, nuestro egoísmo, nuestra insensatez, nuestra frivolidad.
Las noticias dan las cifra de víctimas, cada noticiario sube en unas decenas y se convierte en una rutina, como cuando la arena del reloj cae sobre la ampolleta de abajo, así los vivos van cayendo al montón de abajo, detenidos e inertes para siempre.
Es la historia de David contra Goliat, pero solo en la Biblia pierde el grande, que “Dios ayuda a los malos cuando son mas que los buenos”, aunque aquí creo que todos son malos.
Ocurre esto cada dos o tres años, siempre pierden los palestinos y su mísera franja queda si cabe, mas destartalada y llena de huérfanos, de padres sin hijos y abuelos sin nietos, que pareciera esto una maldición eterna sobre esa tierra llena de dolor durante milenios.
En esto, a mediados de semana, el avión con gente anónima que pasa por otra tierra bajo la sombra de Caín, esta vez Ucrania, la llamaban el granero de Rusia.
Allí también disparan a todo lo que se mueve, en este caso los pasajeros están inmóviles, el cinturón abrochado, muchos con auriculares, otros durmiendo........mas inocentes sacrificados a la locura de las disputas humanas.
Se inculpan unos a otros, que ni en el luto dejan de pelearse y de afilar las navajas para la siguiente puñalada, que pronto se asestarán seguro, de nuevo en las carnes de mas inocentes.
Ya de sábado, los hebreos entran andando sobre sus maquinas de acero, buscando los cohetes y a quienes los disparan.
Muchos niños delgados, de ojos negros, inteligentes, juegan en las calles e incluso sonríen ante las cámaras de los reporteros, de chaleco blindado y casco, los niños indiferentes a las explosiones, tratan de crecer y llegar a adultos, quizá para lanzar mas cohetes contra el odiado Sion, en una especie de feria a la que están habituados, aunque los fuegos hay!!!!! no son artificiales, son reales.
Hace tiempo que tengo la idea de que en julio las guerras se recrudecen, el calor y las noches tibias, hacen que los peores instintos deambulen por las ciudades y los campos.
Aquí en España, también tenemos tradición de revoluciones y cuartelazos, hierve la sangre y las pasiones se desatan, que echarse al monte en enero no es plato de gusto.
Pareciera que el invierno es tiempo para rumiar las rencillas, alimentar el odio, limpiar los cohetes estudiando el folleto explicativo, encienda la mecha, apunte, quite el seguro y............ya llegara julio, las tardes calurosas y las noches estrelladas, tiempo para matarse y calmar la sed de venganza que unos y otros vamos sembrando en nuestro prójimo, despacio, a veces sin darnos cuenta, con nuestra intransigencia, nuestro egoísmo, nuestra insensatez, nuestra frivolidad.
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