agosto 01, 2014

Hijos si, maridos no.

Es oriunda de Los Yébenes, tierra de perdices y guarros, venados de grandes cuernas, en fin tierra de cacerío, también ahora de hembras recias.

Ella misma fue presa de un futbolista, o quizá el futbolista fue la víctima y ella la Diana cazadora, que por la edad, mas parece lo segundo.
Nunca en la historia de la Imperial Toledo, sucedió cosa semejante, tampoco en los cien años del PSOE de la que era concejal, si Pablo Iglesias levantara su rostro barbado!!!!!.....el caso es que en la república, las de izquierdas, decían “hijos si maridos no”.

Así que Olvido se esmeró en esto de la revolución y hoy escribo sobre ella pues leo la noticia de que tuvo un hijo, dice la nota de prensa que de su marido, un “bolo” mas que así llaman a los de esa provincia.
Olvido es nombre nostálgico, que indica ausencia de memoria, el apellido Hormigos, creo yo que realmente es Hormigas pero con tanto compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, parados y.....pues se trabucó y se quedo en Hormigos.
Salto a la fama por un video intimo en Youtube, supongo que hay muchos de tal cariz, incluso mas subidos de tono, pero ninguno de una concejala socialista, con buen cuerpo, de la provincia del bolo……. son ingredientes irresistibles que le hicieron alcanzar la popularidad nacional.
No se en cuantas televisiones ha salido, incluso en ese programa en el que se tiraban a una piscina, aunque ella se había tirado mucho antes, a la piscina y al jugador de balompié.
Portada de Interviú, que podía haber sido cartel de campaña electoral.

Hijos si maridos no, Olvido alcaldesa de Los Yébenes.


El Greco nunca retrató a una concejala, estaría ahora en El Prado junto a los monjes y “San Hugo en el refectorio”, estilizada, ligera de ropa, con el marido en segundo plano y unas cuernas de trofeos de caza de la tierra.
El Quijote hubiera desdeñado a Dulcinea del Toboso, ante la que el hubiera supuesto doncella, a pesar de Youtube, tal era el desvarío del ingenioso hidalgo. 

Soberana y alta señora.
El herido de punta de ausencia, y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Olvido de los Yébenes.......
Así pues un españolito mas, de la nueva patria, la que Alfonso Guerra adivinó irreconocible para la madre que la parió.

Donde quedó la España ya olvidada por Olvido, la del recato y la mantilla en el Corpus, la del marido celoso que sablea por un lance de honor, la de los olivos alineados en la llanura manchega, silenciosos y sobrios, como sus lugareños.  

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