En el viaje anual al norte, a final de junio, recuerdo que mi padre paraba en Buytrago a poner gasolina, mas tarde en Miranda de Ebro y finalmente en Arechavaleta.
La carretera era un sitio negro apenas entrevista a la amarillenta luz de los faros, no había bares abiertos y se atravesaban los pueblos de piedra, solitarios y con un par de farolas.
Bien joven iba yo con la moto roja, a poner gasolina, unas pesetillas, para toda la semana.
Confieso que cuando agotada la escasa paga paterna, me quedaba de a pie, empleaba la succión con tubo de plástico sobre el deposito ajeno, con tragos inoportunos y tóxicos, la juventud lo aguanta todo.
Mas adelante ya con coche heredado, pequeño y verde, mas gasolina en aquel tanque negro bajo la tapa del capó.
Echar gasolina era algo rutinario y supongo que barato, el empleado vestido con mono pregunta cuanto? pues treinta pesetas, no había súper o diesel o extra, sin mas era gasolina.
La primera crisis debió ser a mediados de los setenta, por alguna guerra entre Israel y el resto de la zona.
Recuerdo a la Reina de Holanda en bicicleta, aunque aquí no nos enteramos, que nos llevábamos muy bien con los árabes por se decía.....la tradicional amistad y lazos históricos.
Además apareció el oro negro en Burgos, con gran euforia patria, aunque el chorro viscoso duro poco y Ayoluengo volvió a ser un pueblo desconocido en el páramo castellano
Luego esto ha sido un sin vivir, el petróleo se acababa, aunque encontraron mucho en el mar del norte, también en Méjico y Brasil.
Los agoreros insistían en que se acababa, los precios altísimos hicieron aparcar el coche y volver al metro o al autobús, los que se mudaron al suburbio consumían su sueldo en los tapones mañaneros y vespertinos.
Mientras tanto, los árabes, sentados en su desierto, sobre su mar de petróleo, escandalizan a los pobretes europeos.
Sin despeinarse, con su gorrito blanco y su camisón inmaculado, como los niños malcriados, compran todos los caprichos imaginables, coches barcos aviones, construyen ciudades como parques de atracciones y junto con la "OPEC" chulean a la humanidad que ha caído en la trampa del automóvil y la calefacción.
El caso es que parecía una condena eterna para los parias de la tierra, que con la modernidad incluye a los chinos e indios, que andar en coche es gran avance de la humanidad y que decir de los aviones, que uno de Almendralejo lo mismo se baña en enero en el Caribe, o se va a vender aceite a Moscú.
Con los fríos de esta época, están en casa en mangas de camisa e iluminan la casa a diario como si hubiera boda.
El caso es que los americanos, como casi siempre, inventaron una cosa que llaman FRACKING.
Es como rebuscar en el bolsillo por la calderilla, en forma de gas y petróleo, parece que hay por todas pares, aunque no era rentable, ahora lo es y el mundo en estos meses se conmociona ante la bajada de precio del barril.
Los que sesteaban sobre sus pozos que manan millones, están mosqueados, quizá tengan que ponerse a trabajar, ya no podrán comprar mas juguetes, el chuleo se acaba.
De cualquier forma la bola del mundo es como es, por mucho que la exprimamos el limón se secará y esto de la gasolina y la manguera pasara a la historia.
Pienso que ya la leña, es cosa del pasado, algo inventaremos supongo, que los humanos somos mañosos y no paramos de cavilar para darnos la mejor vida posible.
La carretera era un sitio negro apenas entrevista a la amarillenta luz de los faros, no había bares abiertos y se atravesaban los pueblos de piedra, solitarios y con un par de farolas.
Bien joven iba yo con la moto roja, a poner gasolina, unas pesetillas, para toda la semana.
Confieso que cuando agotada la escasa paga paterna, me quedaba de a pie, empleaba la succión con tubo de plástico sobre el deposito ajeno, con tragos inoportunos y tóxicos, la juventud lo aguanta todo.
Mas adelante ya con coche heredado, pequeño y verde, mas gasolina en aquel tanque negro bajo la tapa del capó.
Echar gasolina era algo rutinario y supongo que barato, el empleado vestido con mono pregunta cuanto? pues treinta pesetas, no había súper o diesel o extra, sin mas era gasolina.
La primera crisis debió ser a mediados de los setenta, por alguna guerra entre Israel y el resto de la zona.
Recuerdo a la Reina de Holanda en bicicleta, aunque aquí no nos enteramos, que nos llevábamos muy bien con los árabes por se decía.....la tradicional amistad y lazos históricos.
Además apareció el oro negro en Burgos, con gran euforia patria, aunque el chorro viscoso duro poco y Ayoluengo volvió a ser un pueblo desconocido en el páramo castellano
Luego esto ha sido un sin vivir, el petróleo se acababa, aunque encontraron mucho en el mar del norte, también en Méjico y Brasil.
Los agoreros insistían en que se acababa, los precios altísimos hicieron aparcar el coche y volver al metro o al autobús, los que se mudaron al suburbio consumían su sueldo en los tapones mañaneros y vespertinos.
Mientras tanto, los árabes, sentados en su desierto, sobre su mar de petróleo, escandalizan a los pobretes europeos.
Sin despeinarse, con su gorrito blanco y su camisón inmaculado, como los niños malcriados, compran todos los caprichos imaginables, coches barcos aviones, construyen ciudades como parques de atracciones y junto con la "OPEC" chulean a la humanidad que ha caído en la trampa del automóvil y la calefacción.
El caso es que parecía una condena eterna para los parias de la tierra, que con la modernidad incluye a los chinos e indios, que andar en coche es gran avance de la humanidad y que decir de los aviones, que uno de Almendralejo lo mismo se baña en enero en el Caribe, o se va a vender aceite a Moscú.
Con los fríos de esta época, están en casa en mangas de camisa e iluminan la casa a diario como si hubiera boda.
El caso es que los americanos, como casi siempre, inventaron una cosa que llaman FRACKING.
Es como rebuscar en el bolsillo por la calderilla, en forma de gas y petróleo, parece que hay por todas pares, aunque no era rentable, ahora lo es y el mundo en estos meses se conmociona ante la bajada de precio del barril.
Los que sesteaban sobre sus pozos que manan millones, están mosqueados, quizá tengan que ponerse a trabajar, ya no podrán comprar mas juguetes, el chuleo se acaba.
De cualquier forma la bola del mundo es como es, por mucho que la exprimamos el limón se secará y esto de la gasolina y la manguera pasara a la historia.
Pienso que ya la leña, es cosa del pasado, algo inventaremos supongo, que los humanos somos mañosos y no paramos de cavilar para darnos la mejor vida posible.
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