noviembre 13, 2015

Puente de la Constitución.


Llevaba ya varias semanas pensándolo, tengo que ir a ver el puente nuevo, le llaman de la constitución, supongo que por la de ahora que Arturo Mas trata de violar.
Aunque quisieron acabarlo en 2012, el aniversario de La Pepa, se les retraso tres años, que hay pocas perras para obras de esta envergadura.
El caso es que ya lo acabaron y le tengo yo querencia a la " tacita de plata".
Se me viene, el recuerdo de mi padre, que allá por los sesenta, quiso venir a Cádiz para cruzar el otro puente, ya antiguo, el de Carranza, entonces recién inaugurado.
Así pues razones sentimentales y la natural curiosidad, me mueven a llamar a Sergio y Alberto, quedamos a las once para tomar un café, el sábado y......”millas Cabanillas”.
La mañana esta buena, de sol tibio y algo de levante, arrancamos camino de la "ruta del toro" después de negarle a Alberto su idea de ir por Benalup, Vejer, Conil.....que no estamos para dar vueltas, queremos ir al puente derechos.
El viento arrecia aunque, al llevarlo a la espalda, se hace llevadero, se ven los alcornoques movidos a pesar de ser arboles recios.
A buen ritmo y con una parada en el cruce de Puerto Real, gasolina y mas café, nos adentramos en la autopista que conduce a la nueva maravilla, que ya se adivina al fondo con sus grandes pilonas y los cables de los que cuelga el tablero.
La sensación ya cerca, es como de montaña rusa, una gran cuesta que nos sube a cincuenta metros sobre la bahía, despacio y de pie sobre las estriberas para ver el mar, después, la bajada y una rotonda estrecha donde esta el Corte Ingles, que por algo y a pesar del retraso, estaban a la espera en esa rotonda.
Me da lastima de Cadiz, ciudad isla de los fenicios, que se va acremallando por el tren y los puentes, cuando debió permanecer distante y aislada, con su pasado glorioso y su ruina presente.
Les insisto a mis colegas para ir al oratorio de San Felipe Neri, cuna de las ultimas sesiones que nos proclamaron ciudadanos, en aquellas cortes constituyentes con la nación invadida y el rey secuestrado.
Mientras el cura desgrana sus explicaciones sobre retablos y capillas, imagino a los diputados con sus casacas y peinados, muchos de ellos clérigos, otros venidos de las provincias de América.
El publico agolpado en las galerías superiores, que vocifera o aplaude las intervenciones de los próceres.
Mientras, como una tormenta lejana, las explosiones de las baterías francesas, que envían bolas de muerte por el mismo aire donde ahora discurre el nuevo puente.
El día de San José se promulga, tras el discurso de Argüelles y se lee al empezar:

CAPITULO I
De la Nación española.

Articulo I

La nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.


Ya en la Plaza de Mina, ante unas cañas pienso en como, unos mindunguis van a desafiar estas palabras solemnes y antiguas, como ya lo hicieron ha dos siglos los del otro hemisferio, somos pueblo malo de unir, levantisco y anárquico, así que veremos como acaba este triste episodio de los catalanes.
Volvemos por puerta de tierra, hacia San Fernando y luego Chiclana.
El levante ahora furioso, nos ataca de frente y zarandea las motos como queriendo dar en tierra con ellas.
Batallando llegamos al mirador del estrecho, hoy de aspecto siniestro.
Las nubes plomizas cruzan veloces por sobre los barcos que diminutos, se adivinan cortando las olas blancas.
Nos volvemos separados, me invade un pesimismo extraño, nostalgia del entusiasmo constitucional, nostalgia de que Cadiz ya es menos isla, nostalgia del puente de mi padre en un Cádiz ya inexistente.........aunque comprendo que es necesario, no me gustó el puente.





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