Ha ocurrido hace un par de días, aunque en la turbulencia del largo “puente de la constitución”, no ha dejado huella la noticia, yo no he dejado de rumiar el acontecimiento por lo inusual y sorprendente.
El suceso, consiste en que un coche, blanco no muy grande, se empotró en la fuente de la Cibeles, el conductor se bajó del coche saliendo del agua, tomando un taxi, para irse a su casa.
Poco después la policía pasa por la plaza y se sorprende al ver el vehículo en tan extraño lugar, comprueba que no hay nadie dentro, analiza la documentación y va a casa del sujeto........hace la prueba de alcoholemia...........estaba ebrio, concluye la escueta nota.
El accidente fue a las seis de la fría madrugada de Madrid en diciembre.
No dejo de preguntarme muchas cosas, ir muy borracho es cosa comprensible a veces, desengaños amorosos, vacíos vitales, simplemente una juerga, pero siempre permanece una sombra de consciencia, la suficiente para saber donde está el coche y meter la llave y encaminarse a casa.
No ver a La Cibeles es imposible, con su gran carro y los dos leones, aparte las palanganas de granito de gran tamaño, mas las luces de colores que la ensalzan.
Supongamos que se durmió el sujeto, explicación la mas plausible, encontrándose tras el ruido del porrazo, de frente con la Diosa y los leones, al ir a bajarse, nota la helada agua hasta la espinilla, los calcetines mojados.
Salir del agua es comportamiento racional y prudente, que los resfriados vienen de las mojatinas, lo que conmueve, es que llame un taxi y se vaya a casa.
No entro en consideraciones sobre el taxista, quizá estaba fatigado y no se apercibió de el extraño viajero.
Desesperación? angustia? que conduce a esta extraña reacción?
Seguro que la ciencia de la psiquiatría podría explicar esto, aunque semejante comportamiento, debe dictar su inmediato traslado a un centro de estudios avanzados, para detectar un mas que probable salto evolutivo del ser humano, según la teoría de Darwin
La noticia no aclara que actividad desarrollaba en su hogar cuando llegaron los agentes, se tomaba un café para despejarse? se daba una ducha caliente para quitarse la friura? dormía plácidamente en pijama pensando que su encuentro con la fuente era solo un sueño?
Todos somos diferentes, algunos muy diferentes, pero este individuo a mi parecer es único.
Es por lo que propongo, análisis de todo tipo, no solo el etílico, que lleva aparejada sanción administrativa.
Yo propongo, medidas craneales, situación de lóbulos parietal, frontal y occipital, tronco encefálico y cerebelo, análisis del bulbo raquídeo y otros órganos similares.
Posiblemente estemos ante un nuevo espécimen que se despega de los ancestrales Cromañón y Neanderthal, la superación del Sapiens, el nuevo “Homo Cibeles”.
El suceso, consiste en que un coche, blanco no muy grande, se empotró en la fuente de la Cibeles, el conductor se bajó del coche saliendo del agua, tomando un taxi, para irse a su casa.
Poco después la policía pasa por la plaza y se sorprende al ver el vehículo en tan extraño lugar, comprueba que no hay nadie dentro, analiza la documentación y va a casa del sujeto........hace la prueba de alcoholemia...........estaba ebrio, concluye la escueta nota.
El accidente fue a las seis de la fría madrugada de Madrid en diciembre.
No dejo de preguntarme muchas cosas, ir muy borracho es cosa comprensible a veces, desengaños amorosos, vacíos vitales, simplemente una juerga, pero siempre permanece una sombra de consciencia, la suficiente para saber donde está el coche y meter la llave y encaminarse a casa.
No ver a La Cibeles es imposible, con su gran carro y los dos leones, aparte las palanganas de granito de gran tamaño, mas las luces de colores que la ensalzan.
Supongamos que se durmió el sujeto, explicación la mas plausible, encontrándose tras el ruido del porrazo, de frente con la Diosa y los leones, al ir a bajarse, nota la helada agua hasta la espinilla, los calcetines mojados.
Salir del agua es comportamiento racional y prudente, que los resfriados vienen de las mojatinas, lo que conmueve, es que llame un taxi y se vaya a casa.
No entro en consideraciones sobre el taxista, quizá estaba fatigado y no se apercibió de el extraño viajero.
Desesperación? angustia? que conduce a esta extraña reacción?
Seguro que la ciencia de la psiquiatría podría explicar esto, aunque semejante comportamiento, debe dictar su inmediato traslado a un centro de estudios avanzados, para detectar un mas que probable salto evolutivo del ser humano, según la teoría de Darwin
La noticia no aclara que actividad desarrollaba en su hogar cuando llegaron los agentes, se tomaba un café para despejarse? se daba una ducha caliente para quitarse la friura? dormía plácidamente en pijama pensando que su encuentro con la fuente era solo un sueño?
Todos somos diferentes, algunos muy diferentes, pero este individuo a mi parecer es único.
Es por lo que propongo, análisis de todo tipo, no solo el etílico, que lleva aparejada sanción administrativa.
Yo propongo, medidas craneales, situación de lóbulos parietal, frontal y occipital, tronco encefálico y cerebelo, análisis del bulbo raquídeo y otros órganos similares.
Posiblemente estemos ante un nuevo espécimen que se despega de los ancestrales Cromañón y Neanderthal, la superación del Sapiens, el nuevo “Homo Cibeles”.
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