diciembre 05, 2013

Messier-4.

Andamos aquí siempre enredados con las cosas de diario, que nos dan el sustento y la razón del vivir, nos construimos nuestro pequeño argumento, basado en nuestros intereses inmediatos.
Algunos intereses mas abstractos, también son parte de nuestras reflexiones, la historia, el arte, el deporte, o incluso la vuelta de Belén Esteban, que todo ello es respetable y humano.
Pienso que miramos poco ahí fuera, me refiero a la naturaleza y a la infinidad de vidas que se esfuerzan en perpetuarse y subsistir, la inmensa mayoría alejada de nuestra estúpida crisis.
Veo habitualmente a las garcetas, las gaviotas, algún cernícalo, las cigüeñas que invernan por aquí......todas siguen con su vida parsimoniosa sin que ZP haya alterado su ancestral estilo de vida.
Pero al iniciar mi reflexión, que me mueve a la escritura, pensaba en algo mas. 
Hoy rebuscaba entre fotos de galaxias, y vi algo muy bonito de algo llamado “cluster”, tras algunas averiguaciones, me he quedado atónito.
Charles Messier es un Francés de la Lorena, que se fue a París a buscar fortuna, llegando a la astronomía de forma accidental.
Desde su observatorio del "Hôtel de Cluny", en un París sin farolas y sin polución, se dedico a curiosear por la bóveda celeste, identificando hasta 110 singularidades.
Muchas de ellas. galaxias, nebulosas, algunos clusters, estos últimos son los que me mueven a la reflexión de esta noche húmeda, con viento de levante.
Parece que el termino “cluster” proviene del ingles y se traduciría por “racimo”, como de uvas, pero en nuestro caso de estrellas.

Así que miraba yo esta foto del M4....Messier-4 de su catálogo, que es algo bonito y misterioso, situado solo a 7.200 años luz, de la tierra, dentro de esta galaxia domestica, algo cercano, tan lejano en realidad y tan desconocido, a la vez parte de nuestra casa en la inmensidad del universo.
Hay muchas de estas formaciones en la Vía Láctea, hay muchas galaxias como la nuestra, quizá muchas de esas estrellas ignoradas, como los granos de arena de la playa, contengan pequeños planetas.
Deberíamos curiosear todos un poco por estas imágenes del Hubble, que desde hace años fisgonea a derecha e izquierda, para maravillarnos y situarnos en una escala real de quienes somos.
Nunca iremos a uno de estos sitios, tampoco creo que entendamos jamás el motivo de su existencia, pero son misteriosos y bellos.
Pululan en el silencio del universo girando y desplazándose, unos ardiendo, otros alejados y fríos y sin luz, otros chocando en colisiones apocalípticas, otros consumiendose hasta su desaparición, sin tan siquiera haber tenido nombre, que Messier les hubiera dado presuroso.

Gracias Charles por tus noches de vela en Cluny, que gran verdad que el hombre es la medida de todas las cosas. ya lo dijo Protágoras, aunque nunca conoció a Messier ni de la existencia de estas maravillas.   

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