enero 10, 2012

Rememorando a Chibi.

Las cosas han venido seguidas una tras otra, como suele pasar en la vida.
El dos de enero Paco el medico, me espetó: Sabes que ha muerto Chibi?
Llevaba años, desde que se fue, sin acordarme de ella.
Repentinamente me llovieron los recuerdos, la conocí ya muy mayor y diminuta, su cuerpo se había curvado y como todos los ancianos había menguado mucho de su ya de por si, pequeña talla.
No se cuantos años vivió aquí, mas de cuarenta seguramente, casa liviana de una sola planta con patios y muchas plantas verdes de hojas grandes y lujuriosas, como de otra latitud.
Su expresión algo achinada y un cutis terso y muy blanco, oriental y sin arrugas , solo una sonrisa permanente de labios pintados de rojo sobre maquillaje de polvos de arroz.
Siempre de oscuro y siempre con perlas, pareció haber nacido con ellas
Hace mas de diez años su marido “Joe” dijo que ya era tiempo de ir a morir a su tierra, Filipinas, que fue no hace tanto también parte de España.
Como pasa en las desapariciones, seguí recordando vivencias sobre Chibi, sus cenas de comida Thai, dirigiendo con la mirada a las personas de la casa, atenta y cariñosa, maternal también, recuerdo las frases amables de sus labios pintados de carmesí.
Dias mas tarde de manera casual he leído una esquela en un tablón, anunciando una misa en la parroquia, a las siete, por su memoria.
Durante la ceremonia me he preguntado, sobre su nombre, Chibi, pensaba de que patronímico derivaría, Isabel Mariví, Trini? 
Nunca lo había pensado, simplemente era Chibi y sus plantas selváticas y los rollitos con verduras y salsas de tierras lejanas en porcelanas chinas.
Un viejo y común amigo, Jean Michele me ha sacado de dudas mientras encendía el pitillo en la puerta de la iglesia, mira Emilio: De chiquita tuvo una nany japonesa, cosa parece que normal en la Filipinas de principio de siglo, cuando Japón era un sitio pobre y enviaba allí mujeres a servir, la japonesa la rebautizó como pequeñita, en japonés  Chibi, su verdadero nombre era Amalia.
En estos últimos días de Navidad y renovación, he sonreído al recordarla a ella y su original nombre japonés y sus rollitos y su sonrisa y su marido “Joe” que espera nostalgico, para reunirse con ella pronto allá en esas remotas islas........ Adiós Chibi, un placer conocerte. 

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