mayo 04, 2012

La escasez.


No me gusta ni tan siquiera, la palabra crisis, ademas estoy harto de escucharla, así que propongo que hablemos de escasez, es vocablo mas literario, amen de apropiado para lo que ocurre en los últimos años.
Cenando en Barcelona meses atrás con Ricardo, me espetó ante mi ronroneo sobre la situación........Cállate !!!!! no hay guerra, luego no hay crisis.
Hombre sabio Ricardo, (no confundir con Ricardito el de la canción).
Hace no tanto tuvimos una guerra civil, donde hablar de la escasez resultaba ridículo, se hablaba de vivir o morir.
Le siguió una guerra mundial, que nos dejo sin aliento y con la Patria rota, mi padre en los cuarenta se compró una bicicleta, gran inversión, sin cambio de piñones ni chasis de aleación, es lo que había.
Retrocediendo algo mas en el tiempo, hambrunas pestes, sequías, viruelas...........sucesos que diezmaban a la población en unos meses
Deduzco pues, que lo que ocurre ahora es descorazonador y desagradable, pero hay que ponerlo en el contexto de como ha sido el pasado de la humanidad en los siglos recientes, incluso en los años recientes.
Todos los días desde hace ya cinco años, que son casi dos mil días con sus noches, nos vamos sumiendo en los titulares de “la prima de riesgo” los “recortes” el “rescate”, cuando en realidad nuestras vidas transcurren tan solo con algo o mucha escasez.
Todos somos culpables, al no haber guardado para las vacas flacas, algunos incluso vivieron a crédito pensando  que las vacas engordarían de forma ilimitada, vacas gordísimas que fueron solo un espejismo, engaño de tantos incautos.

Cayó en mi pantalla esta fotografía del tranvía madrileño de los cincuenta, Castellana esquina Lista, donde estaba la legendaria “casa de señoritas” Alazán Encanto y Belleza.
En esa esquina tuve mi primer accidente de trafico en un triciclo veloz, en el alcorque de una acacia que aún florece cada mayo.
Parecen felices, se ríen, van bien trajeados aunque todo debe ser raído y el armario en la modesta vivienda, está vacío.
No hay nevera ni televisión, tampoco lavadora o vacaciones, apenas una bombilla que cuelga de un cable trenzado, luz mortecina de cuarenta vatios.
Como sería el escándalo si los madrileños tuvieran ahora ese transporte publico, estos que entre lamentaciones se montan en los lujosos autobuses que se inclinan para que suban los ancianos, cantan las estaciones y tienen calefacción y aire acondicionado....próxima parada Don Ramon de la Cruz susurra una voz municipal, asidos de las pulidas barras de colores.
Simplemente me dio que pensar, ¿es tan horrible lo que ocurre ahora?
Esos del abrigo y el sombrero que se sujetan encaramados al estribo, trabajaban incluso los sábados completos, su ilusión era tomar una cerveza el domingo y poderse casar, a los treinta, tras pagar la entrada de un piso de pocos metros en un barrio lejano, cerca del campo.
Así pues a disfrutar de esta leve escasez, que diablos que ya esta uno harto de tanta matraca y protesta.
La próxima vez que haya unas perrillas..............a guardarlas, que coñe, no parece sino que descendiéramos todos de la pata del Cid y hubiéramos venido a menos.

abril 22, 2012

Ne me quitte pas.



A media mañana, me he detenido bajo un frondoso acebuche por el que pasaba, en el que un pájaro que no he podido identificar, cantaba de una forma prodigiosa, con sonidos inverosímiles y ritmos cambiantes.
He pasado unos minutos acechando, justo sobre mi cabeza, ha interpretado unas “Variaciones Goldberg”, creo que mas bien las ha compuesto, los pájaros son mas de improvisar que de seguir partitura, aunque quien sabe si la llevan impresa en el ADN al nacer.
Pensaba yo que cantan, para atraer alguna pájara, pues que ahora están todos los animales en celo, incluso el Monarca Constitucional.
El caso es que me ha dado la risa al acordarme de mi amigo “Ricardito” y lo explico a continuación.
Es bien conocido que el hombre no canta para atraer a la hembra, se dedica a otros alardes, a veces simplemente paga, pero Ricardito si lo hacía.
Era hombre guapo de cara y proporcionado de hechuras, aunque de estatura menguada, pulcro y bien peinado, ademas de estudiante de arquitectura, profesión prometedora en los setentas, como luego resultó serlo.
Fueron varios los veranos en los que, acompañado a la guitarra por “Alvaro”, cantaba “Ne me quitte pas” de forma desconsolada que incluso en algunas actuaciones derramaba lagrimas, como el mismísimo “Jacques Brel”.
Calculo que debieron ser cinco veranos a mas de treinta interpretaciones por temporada, tarde a la noche las mas de las veces y ante la insistencia del publico femenino que lo adoraba (a Ricardito).
Las hembras de los lances por allá en el norte, eran mayormente francesas, entonces mas licenciosas que las españolas, por lo que se comprende el canto de mi amigo en el idioma de Ronssard.
Al segundo verano la cosa, ya me cargaba, con la dichosa cancioncilla y el acompañamiento vulgar de Alvaro, de rasgueo sobre simples acordes, hasta el momento de las lagrimas finales, en que el rubor por la vergüenza ajena se me venia a las mejillas abandonando el lugar y refugiándome en la negrura de la noche donde se escuchaba levemente, ne me quitte pas, ne me quitte pas, ne me quitte pas, ne me................................
No conozco el resultado amoroso de sus cantos veraniegos, era un joven caballeroso, incapaz de divulgar los secretos de alcoba, si aseguro pues estuve en su boda, que con los años casó felizmente y ha tenido descendencia.
Ignoro si continuó cantando tan desgarradora canción, en las veladas familiares rodeado de sus retoños, aunque no lo creo.
El caso es que mi pájaro cantor de la mañana me hizo sonreír recordando estos sucesos de la juventud, con lo que concluyo afirmando que las aves cantan para alegrarnos la vida y embellecer todavía mas la naturaleza en primavera.




abril 19, 2012

De cacería.


Nunca he tenido relación con la caza, se supone que eso se mama en casa y la verdad es, que en la que me crié se cazaban solamente clientes para dar de comer a la numerosa prole, yo era parte de esa prole.
Mas adelante y ya de estudiantes, siempre nocturnos y de ventanas abiertas de mes de junio, se nos colaban unas molestas mariposas de alas recias, que aterrizaban sobre el libraco de calculo diferencial bajo la lampara que las atraía.  Provistos de toallas, nos evadíamos de los estudios haciendo gran matanza de lepidópteros.
Siendo ya casi graduado, con mi buen amigo Gerardo, anduvimos a una dehesa de encinas en la falda de Gredos, paseamos al sol de invierno con un par de escopetas, saltó una liebre y la descerrajé un cartuchazo, con resultado de muerte.
Me quedé perplejo y me pareció absurdo, máxime cuando yo no como liebre ni conejo ni todos esos bichos a los que se dispara, soy de filete de ternera con patatas.
Así pues mi actividad cinegética sucumbió aquel día, junto a la pobre liebre que pasaba por allí.
Mentiría si no mencionara el rececho de mosquito, arte venatoria en la que he llegado a ser un experto, no solo en ojear al insecto, sino en como encararle y darle el golpe certero que acaba con su misérrima existencia.
Esto último en realidad no puede considerarse como cacerío, yo lo veo mas como legítima defensa, o ataque preventivo que se dice ahora.
Respeto a los cazadores, de los que estoy rodeado, diré que me parece absurdo que con esas armas tan poderosas y precisas, se liquide a una fauna mas bien domesticada en los cotos peninsulares o en las reservas africanas.
La modalidad de “montería”, estática esperando horas hasta que un ciervo pasa incauto y se le dispara como en los puestos de las ferias, cuando niños.
El ojeo es el “pin pan pum”, donde las perdices salen de las jaulas desprevenidas y sin conocer el campo, se crían en granjas como los pollos.
Los pobres bichos caen acribillados ante las escopetas todas alineadas, las llaman “perdiz de bote”.
Viendo hoy a nuestro Monarca pedir disculpas, meditaba sobre como un anciano tan disminuido, puede acabar con un hermoso elefante, con sus orejotas su gran trompa y sus colmillos blancos de marfil.
Deberían dar al cazador una ballesta o un arco y dejarle solo en el monte, o en la sabána, estoy seguro que pocos irían de safari, los mas no volverían devorados por las fieras, pero al menos sería una actividad estética y meritoria.
Un torero con un AK-47 se vería atróz y nadie iría a La Maestranza en las tardes de feria de abril por ver el ametrallamiento del astado.
Así veo yo el negocio de la caza, como va tornando en los últimos tiempos.
Leí mucho a Miguel Delibes, sus mañanas pateando los campos de Castilla con su taco, su perro y su escopeta, jornadas volviéndose a Valladolid “de bolo”, otras con un par de patirrojas y un conejillo.
El día nos trajo al Monarca disculpándose, aunque yo mas creo que lo hizo por “la otra caza”, no la del elefante, es ya publica y la Reina no hace buen papel.
Recuerdo a D. Jose Ortega y Gaset, quien decía que el cazador es un hombre alerta.
Pues eso, MAJESTAD, ESPABILE!!!!!!

abril 15, 2012

Lo que el viento se llevó.


Que inquietante fenómeno, en la casa en que crecí había un libro de color carmesí, en cuyo lomo rezaba “Donde da la vuelta el viento”, nunca lo leí y no creo que exista semejante lugar, supongo sería una novela y durante años me asalta ese pensamiento, cuando es tan fuerte y desagradable.
También fue famosa “Lo que el viento se llevó” aunque era una alegoría, en la película no hacia viento, lo que ocurría era que pasaba el tiempo, que eso si se lleva todo.
Hay otras muchas obras de pensamiento, en las que el viento es citado, se presta mucho a simbolizar lo pasajero e inestable. 
Me gusta la mucho la canción de Bob Dylan “Blowin' In The Wind”.
Tres días seguidos, con sus noches, ha estado rugiendo desde el oeste, hacia el este sin dar la vuelta, hacia tierra de infieles, Argelia o por ahí.
Compartimos el viento y este que paso por aquí de forma tan intensa, quien sabe si fue amansado por las dunas del Sahara, tan rápido pasaba.
Ha tumbado arboles y en la autopista los carteles estúpidos de siempre, avisaban con una burda representación de una manga de lucecitas, mientras el coche acusa los embates y se ladea, haciendo peligroso leer el anuncio estatal.
El viento en moto es para llorar, son manos anónimas que dan empujones al incauto piloto, tratando de que pierda el equilibrio y se rompa la crisma.
Solo para navegar a vela es bueno el viento, aunque si es fuerte hunde flotas enteras, cerca de aquí en Trafalgar, venció a los ingleses después de que hubieran zumbado a franceses y españoles.
Los vientos son recurrentes y en todo el mundo tienen nombres, tramontana mistral...... por aquí solo se llaman levante y poniente, son monótonos y contrarios, húmedo el uno y seco el otro.
Dicen que en los pueblos como Tarifa, hay mucho loco por el aire exagerado, aunque locos los hay en todas partes a mi parecer.
El viento desbarata la arquitectura, se caen las cornisas aunque lo mas típico es que tire una tapia, o un muro, desgraciando niños algunas veces, o algún anciano, claro está que son tapias mal construidas.
A mi padre un aire le tiro una en los Carabancheles, recién construida, pillo a un burro de un gitano y lo tuvo que pagar, con los gitanos no hay que hacer bromas, se toman la justicia por su mano, hacen bien pues de esperar a la de los jueces, todavía no habría cobrado el burro y va para treinta años ya que ocurrió el accidente.
Mañana se convertirá ya en una brisa, como una resaca de la borrachera.
De los excesos de las ráfagas solo quedaran las hojas muertas y las ramas tronchadas.
Que es el viento? nos enseñaban de niños.....es el aire en movimiento, contestábamos, la ventolera la ventisca el vendaval.......todos se conjuraron para estropear un fin de semana, como dijo aquel cantante, “Quien me ha robado el mes de Abril”, debió ser muy ventoso el mes entero, aquel que le inspiró.