diciembre 16, 2014

El fracking.

En el viaje anual al norte, a final de junio, recuerdo que mi padre paraba en Buytrago a poner gasolina, mas tarde en Miranda de Ebro y finalmente en Arechavaleta.
La carretera era un sitio negro apenas entrevista a la amarillenta luz de los faros, no había bares abiertos y se atravesaban los pueblos de piedra, solitarios y con un par de farolas.

Bien joven iba yo con la moto roja, a poner gasolina, unas pesetillas, para toda la semana.
Confieso que cuando agotada la escasa paga paterna, me quedaba de a pie, empleaba la succión con tubo de plástico sobre el deposito ajeno, con tragos inoportunos y tóxicos, la juventud lo aguanta todo.
Mas adelante ya con coche heredado, pequeño y verde, mas gasolina en aquel tanque negro bajo la tapa del capó.
Echar gasolina era algo rutinario y supongo que barato, el empleado vestido con mono pregunta cuanto? pues treinta pesetas, no había súper o diesel o extra, sin mas era gasolina.
La primera crisis debió ser a mediados de los setenta, por alguna guerra entre Israel y el resto de la zona.
Recuerdo a la Reina de Holanda en bicicleta, aunque aquí no nos enteramos, que nos llevábamos muy bien con los árabes por se decía.....la tradicional amistad y lazos históricos.
Además apareció el oro negro en Burgos, con gran euforia patria, aunque el chorro viscoso duro poco y Ayoluengo volvió a ser un pueblo desconocido en el páramo castellano
Luego esto ha sido un sin vivir, el petróleo se acababa, aunque encontraron mucho en el mar del norte, también en Méjico y Brasil.
Los agoreros insistían en que se acababa, los precios altísimos hicieron aparcar el coche y volver al metro o al autobús, los que se mudaron al suburbio consumían su sueldo en los tapones mañaneros y vespertinos.

Mientras tanto, los árabes, sentados en su desierto, sobre su mar de petróleo, escandalizan a los pobretes europeos.
Sin despeinarse, con su gorrito blanco y su camisón inmaculado, como los niños malcriados, compran todos los caprichos imaginables, coches barcos aviones, construyen ciudades como parques de atracciones y junto con la "OPEC" chulean a la humanidad que ha caído en la trampa del automóvil y la calefacción.
El caso es que parecía una condena eterna para los parias de la tierra, que con la modernidad incluye a los chinos e indios, que andar en coche es gran avance de la humanidad y que decir de los aviones, que uno de Almendralejo lo mismo se baña en enero en el Caribe, o se va a vender aceite a Moscú.
Con los fríos de esta época, están en casa en mangas de camisa e iluminan la casa a diario como si hubiera boda.
El caso es que los americanos, como casi siempre, inventaron una cosa que llaman FRACKING.

Es como rebuscar en el bolsillo por la calderilla, en forma de gas y petróleo, parece que hay por todas pares, aunque no era rentable, ahora lo es y el mundo en estos meses se conmociona ante la bajada de precio del barril.
Los que sesteaban sobre sus pozos que manan millones, están mosqueados, quizá tengan que ponerse a trabajar, ya no podrán comprar mas juguetes, el chuleo se acaba.
De cualquier forma la bola del mundo es como es, por mucho que la exprimamos el limón se secará y esto de la gasolina y la manguera pasara a la historia.
Pienso que ya la leña, es cosa del pasado, algo inventaremos supongo, que los humanos somos mañosos y no paramos de cavilar para darnos la mejor vida posible.


diciembre 11, 2014

Cárabos.

Muy pocos los conocen ni les presta atención, que el personal esta mas pendiente de Twitter o Facebook, los mas de WhatsApp.
Además en las ciudades no creo que haya muchos y con el ruido no se escuchan sus diálogos.
Son seres como de otro mundo, extraterrestres, pues que viven solo la noche, mientras dormimos, mientras soñamos.
En todos estos años de vivir en este remedo de bosque, solo en un crepúsculo, adiviné mas que ver, un ser de silenciosas alas que levantó el vuelo huyendo de mi presencia.

Ni grande ni pequeño, pero poderoso, esquivo y solemne.
Apenas una visión fugaz de un ave con grandes alas y cuerpo robusto, que no quiere mostrarse ni saber nada de nuestra existencia.
Interesado solamente en los topillos, los ratones, en verano los lagartos y alguna cigarra.
Lo mas impresionante, sus alaridos que parecen como una música de fondo en estas noches frías de invierno.
Son gritos desapacibles, como de alguien a quien apuñalan, lamentos dolorosos, desgarradores.
Para ellos solo un lenguaje, se cuentan las novedades un nacimiento, que Adela tiene un ala averiada, que Juanita ha puesto tres huevos, o que Adolfo corteja a Catalina.
En estas noches de escarcha, a centenares de metros, es un continuo cotilleo de chismes y noticias, con esos lamentos como de película de terror.
Mundos inconexos, lo pienso mientras los escucho, cada uno va a su bola, nosotros con la crisis y la corrupción y el PSOE y el PP y..toda esta miseria.
Los cárabos, con el mismo lenguaje milenario y elemental, ajenos a nuestras tribulaciones y grandezas, se cuentan sus caceríos y sus nostalgias, los mismos quizá desde la creación.
Cada alcornoque se convierte en un emisor que conecta con otros acebuches o con las mimosas y los pinos, en un remedo de nuestra “red” que sabe Dios si se extiende por valles y sierras hasta los confines de Iberia, incluso mas lejos, por Europa.
Me da que pensar que hace milenios los Neandertales escuchaban este lamento descarnado, cuando cazaban por estas tierras del sur, huyendo de la ultima glaciación.
Ellos no pueden saltar sobre su sombra, según las teorías de Darwin, teorías por cierto bastante pueriles, cientos de miles de años con ese rostro extraño y su lenguaje destemplado, las alas prestas para acechar silenciosas a sus presas.

No conozco de ninguna evolución genética de esta singular especie, que deviniera con los tiempos, en halcón o arrendajo, en tortuga o salamandra, en funcionario publico o corredor de comercio.
El caso es que me complace, antes de dormir, el ultimo pito para husmear el ambiente, ver la luna o las estrellas, el grito de los cárabos me acompaña camino del sueño, no se yo si a ellos se les importa una higa mi vida, supongo que no, que mi voz es incomprensible para ellos y mis argumentos, faltos de interés para su vida, ajena a mis cuitas y ensoñaciones nocturnas. 


diciembre 01, 2014

Diciembre.

A mi me gusta este mes, es un mes para escapar de noviembre, mes de los difuntos y en el que los días se acortan y entristecen, mas y mas (no confundir con el separatista Mas que también entristece).
Después de octubre, con las primeras friuras y el languidecer de la naturaleza se pone el animo triste y fenecen los seres que están ya tocados.
Hasta el sonido es bonito, DICIEMBRE!!!! mes de preparación de fastos y acontecimientos.

Es este el mes de Sagitario, el centauro que dispara flechas, signo de fuego, de la gente optimista y sincera, yo no creo en la astrología pero mejor que ser de un signo de pringados, o de uno de cenizos, que seguro que los hay.
El día seis es el día de la Constitución, esto no importa mucho pues hemos tenido varias y también se vivía bien sin ellas, además ahora la quieren cambiar, es algo efímero, por lo que no me extiendo mas sobre esta fiesta.
El día ocho es La Inmaculada, encarna la figura de la madre, que no hay mas que una, esto si esta bien, somos un país Mariano  (no confundir con Rajoy).

Casi como en Italia con la "mama", la madre es aquí de gran veneración, no obstante haber mucho hideputa.
El día diez es mi cumpleaños, eso no le importa a nadie, pero a mi me peta, nacer en una noche negra y fría de diciembre me parece que es muy cabal, parece que nacer cuando todo en la naturaleza muere es contradictorio, el caso es contradecir y esto me gusta y se corresponde a mi espíritu.
El veintiuno es el solsticio, la tierra se dispone a bambolearse una vez mas, para que el sol tueste el hemisferio norte, cada día la luz brillará por un minuto mas, vamos hacia la luz, esto esta muy bien, se vive de esperanza.
La lotería el veintidós es quizá el día mas alegre del año, mas que alegría se esparce la euforia.
Nunca toca a nadie, solo a los que salen en las noticias, que creo que son actores contratados, cantan y se abrazan en un bar o en la puerta del lotero, los millones que quedan sin premio, o con un triste reintegro, los miran en silencio, pensando que lo que importa es la salud.

Todos durante unas horas de esta mañana sienten que ruedan en la ruleta de la fortuna, variable como la luna...
Mientras, las voces cansinas de los niños cantan números y premios.....es un día señalado, emocionante de diciembre.
Que decir del veinticuatro, la Noche Buena, en un humilde pesebre de Belén, el misterio que nunca entenderemos.
Con los años la alegría deviene en nostalgia, pero la canción reza bien al decir: Noche de paz, noche de amor con esa musiquilla un poco cursi.
EL veinticinco se ha convertido en un día cansino y perezoso, de comida tardía y película tolerada en la televisión, es Navidad no pasa nada pues no hay periódicos.
Es mucho ya lo acumulado en este mágico mes, pero todavía hay una sorpresa, Los Santos Inocentes, el veintiocho.
La inocencia es gran cosa, que con el tiempo nos volvemos recelosos y de colmillo retorcido, descreídos y un poco perros.
Jornada de bromas y sonrisas, en que recobramos la candidez (no confundir con Cándido Méndez y la UGT).
Por fin las ultimas horas del mes que se convierten en las ultimas del año, vaya despedida, esto no lo tiene ningún mes, ya quisiera mayo con las puñeteras flores o febrerillo el loco o abril con sus aguas mil, solo este mes que mañana se estrena tiene esas luces y las burbujas de champagne, aunque yo despido el año con un trago de vino tinto, que para eso nací en diciembre.

noviembre 26, 2014

Ir a la compra.

La memoria es flaca y los primeros años de la infancia son un tropel de recuerdos, sensaciones e instantes que, con el tiempo se fosilizan y quedan como unos cromos, borrosos y confusos.
No sabemos si esto o aquello era con siete, cuatro o cinco años, además no solemos tratar de reflexionar sobre ellos, son solo imágenes y sonidos, sabores y caricias.
Uno de mis cromos desvanecidos y sin color, son unos paseos matutinos de la mano de mi madre, a la compra, por la calle, quizá por estar convaleciente de paperas o escarlatina, que me redimían de ir a un colegio de monjas en Don Ramón de la Cruz, donde me enviaban a desbravarme con otros infantes salvajes del barrio.
Las paradas bajo las acacias eran constantes, con otras señoras que te pellizcan las mejillas y dicen “que mono el niño”..... “como ha crecido”, después se establece un dialogo sobre fulanita que esta muy enferma, o que menganita tuvo un mal parto, también sobre la mala cara por el sarampión o la bronquitis del niño.
Estas señoras que te soban el flequillo, por un simple calculo matemático, serian de la edad de Sara Carbonero, por poner un ejemplo, aunque claro en el cromo aparecen como unas mujeres mayores, con sombrero y vestimentas grises o negras, algunas con velo por la cara.
Hay en la memoria encuentros placenteros, los abuelos del brazo camino de misa, o a tomar una caña, las caricias de la abuela no molestan, su dulce mirada azul hace sonreír y ahora vienen, las tiendas.....

En Ultramarinos Olmedo, el encargado de bata inmaculada y pelo negro planchado con fijador, saluda de forma zalamera, siempre cae una galleta María o unas aceitunas, toma chaval!!!.
No he vuelto a oler aquella mezcla de legumbres, frutos secos, carne de membrillo y yo que se, la mezcla de mil cosas, que antes nada venia en latas mas que las anchoas, todo se vendía en papeles de estraza, después de pesarlo en aquellas balanzas blancas ya desaparecidas.
Hasta el concepto de ultramarinos era bonito, con los barcos de vela trayendo los sacos de América o de las Filipinas.
Quesos abiertos y bacalaos como pergaminos colgados del techo, aceite a granel y especies que lo adoban todo, pimentón, perejil, comino.
Calle abajo mi único interés es detenerme ante el escaparate de “El Paraíso de los Niños”, donde hay motoristas en motos de lata, aviones que cuelgan de un hilo, coches y trenes eléctricos, las muñecas no las miro que eso es de niñas, tampoco los juegos de plumero recogedor y escoba.
A veces toca corte de pelo en “Hermanos Benitez” donde sentado en la sillita me niego a contestar.....que vas a ser futbolista o torero, además los pelos se cuelan por el cuello y te dejan con un flequillo como de niño de pueblo.
Mas señoras que pellizcan los mofletes, bajo las acacias, niño no metas el pie en el alcorque..... y finalmente la Carnicería.

Luis de Blas tenia una carnicería hermosa, con gran abertura a la calle y dos vitrinas a ambos lados.
En Navidad montaban un belén y los cerditos lechales estaban vestidos de angelitos, con trajes de fantasía, cosas de la época.
Era Luis el carnicero,  hombre con bigote negro y cara redonda, el pelo rizado corto y también muy negro, expresión amable, el pregunta que desea la señora? y el cliente duda, lomo de ternera? o unos filetes de faldilla, unas chuletas de cordero o, me pica doscientos gramos de carne picada de lomo alto....
Domingo es el ejecutor, sobre un gran tarugo de madera y con un cuchillo de perfil ovalado, asesta grandes tajos a la pieza, depositándola luego sobre el mismo papel de estraza y parecida balanza a la que había en Olmedo.
Domingo tiene un ojo saltón y en mi imaginación ocurrió al levantar el machete para asestar un tajo al costillar de una ternera, no se si esto era real o producto de un relato, el caso es que miro con temor cada vez que la afilada hoja se aproxima a su rostro, antes de descargar el tajo, sonoro y contundente.
Una camioneta se detiene frente a la tienda y un hombre encapuchado y cubierto con un mandilón, descarga una vaca descabezada y abierta en canal, atraviesa la tienda entre el publico y desaparece por una puerta tras el mostrador.

Ya camino de la calle un grito, toma chaval, el propio Luis con un cuchillo estrecho y cortante me separa una loncha de jamón casi con grueso de taco, que voy masticando lentamente, para que nunca se acabe, camino de casa donde me espera la comida y la siesta.