DOMUND.

Un domingo de final de octubre remataba la semana de los niños pedigüeños agitando las huchas de cabezas de chinos negritos o indios, con su penacho de plumas, la misteriosa ranura que engullía monedas y algún billete.

Europa, después de la ultima y gran segunda guerra, era el centro del mundo y lo único civilizado, América era el salvaje oeste y Asia eran solo unos coloritos en el mapamundi, a la derecha, África eran los pobres negritos aunque la película del Maumau, demostraba que tenían su carácter y a veces mataban a los blancos, que reposaban en los porches de sus casas en las haciendas......pobre gente 
Así pues con las botas de "El Gorila" y las medias escocesas hasta la rodilla, año tras año recaudábamos unas perrillas con la cantinela de “para las misiones” mientras se agitaba la recaudación, en un sonido agudo y metálico.

Era un doble propósito de convertirlos a la fe y darles de comer, eran muy pobres y muy ateos, nosotros éramos los niños felices por las calles de una España ordenada y próspera donde cada día era mejor que el anterior y cada primavera los bailes y gimnasias de la organización sindical en el Benrabeu remachaban la paz social, por cierto los de Comisiones y UGT ya no bailan, que raro.

No se en estos últimos veinte años que ha ocurrido, en el mapamundi, ahora América esta en el centro y los chinos tienen unos rascacielos altísimos y no llevan ya un gorrito cónico de paja.

Europa son los coloritos en el rincón, menos mal que los negritos siguen ahí abajo y son incluso mas pobres, algo de estabilidad.

Así pues ya no veo niños con huchas por nuestras calles y me temo que quizá estarán por el centro de Shanghai o Pequín el próximo octubre, unos chinitos que pidan para que nos hagamos confucionistas, con una cabeza cerámica de un español dolicocéfalo con gafas y una boina como tocado.

Pedirán para nuestros niños ateos y obesos que llevan botas chinas y medias también "made in Honkong", las mismas que emplearán el curso que viene pues ya no hay para comprar nada nuevo.

El mundo da vueltas y esta vuelta no la supimos dar bien, ahora somos las huchas en manos de los asiáticos y estamos en el rincón del estúpido estado del bienestar, con el estado quebrado y un gran malestar.
Ya somos solamente actores secundarios o mas bien...... figurantes.